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Bedrag: hablemos de capitalismo






Que las entrañas de la política están generando algunas de las mejores ficciones contemporáneas ya no es nuevo. Quizás no lo fue nunca. Desde Shakespeare hasta Juego de Tronos pasando por The Wire, House of Cards y Maquiavelo, la globalización ha generalizado el interés de los gobernados por sus gobernantes. Sin embargo, pese a sus hondos efectos, no abundan las series que tratan sobre la crisis económica y los entresijos de las operaciones financieras que retratan eso que se ha venido a llamar neoliberalismo o capitalismo salvaje.



Este es precisamente el caso de Bedrag, también traducida como Follow the Money, un economic noir que desvela el lado oscuro de las grandes operaciones financieras de las multinacionales insignia danesas. Llama la atención que sea de un país nórdico de donde procede este drama sobre corrupción y más aún que sea emitido en la cadena pública danesa, DR. En España, pese a que es una materia que ocupa gran parte de nuestros telediarios, seguimos sin contar con una serie que hable abiertamente de corrupción, a excepción de aquella rara avis basada en la novela de Chibres,  que se emitió en Canal plus en 2011, Crematorio.



Bedrag cuenta la historia de Alexsander Sodergren, director general de Energreen, interpretado por Nikolaj Lie Kaas, a quien hemos visto en la segunda temporada de Forblydelsen o en Los Idiotas de Lars Von Trier. Energreen es una de las empresas de energías renovables más importantes de Dinamarca y cuenta con una fachada amable y ecologista tras la que se esconde un gran fraude de especulación financiera, extorsión y explotación laboral . En la órbita de la empresa entra otra de las protagonistas de la serie, Claudia Moreno, una ambiciosa abogada que se tambalea sobre la delgada linea de la legalidad, las prácticas mafiosas, la admiración al líder y el sentimiento de culpa.







En el lado contrario, tenemos a un policía local de métodos peregrinos, Mads, interpretado por Thomas Bo Larsen a quien vimos en la ópera prima de Thomas Vinterberg, Festen (Celebración) y en otra de sus obras posteriores, La Caza. Mads, policía danés alcoholizado, será el encargado de poner todo su empeño en investigar los fraudes de Energreen, pese a los escasos medios y el sospechoso desinterés que sus superiores conceden a la brigada de delitos financieros. La trama más floja de Bedrag, la completa un joven marginal, Nicky, que se ve envuelto en la trama empresarial por casualidad y que tendrá un papel fundamental en el desarrollo de la misma.




La serie es un proyecto de  Jeppe Gjervig Gram,  co-creador de Borgen, la otra gran serie danesa de los últimos tiempos junto a Forblydelsen y mantiene el espíritu al que nos tiene acostumbrado la ficción nórdica de los últimos tiempos: una apuesta realista en lo estético y en lo  sociopolítico que sobresale en el trabajo de personajes e interpretaciones  por encima de las piruetas de guión. El quién importa mucho más que el qué en Bedrag, o dicho de otra manera, el quién explica el qué. Bedrag es una serie que se toma su tiempo para explicarse a sí misma  que va desgranando como una capa de cebolla los distintos disfraces del mundo financiero, manteniendo la complejidad de los personajes y concediendo una gran importancia  a la vida privada de los mismos. 




Pese a todo, la serie no llega al nivel de Borgen o Forblydelsen. Es probable que le falle la didáctica política de Birgitte Nyborg y el suspense dramático de Sarah Lund, quedándose en un territorio intermedio que si bien resulta interesante no termina de enamorar. Los tejemanejes económicos de las altas esferas, que la serie acierta al generalizar a una élite y no hacer exclusivos de la empresa Energreen, no resultan fácilmente comprensibles ni quedan en la serie suficientemente explicados, lo que puede hacer que el espectador se pierda o que decaiga su interés en la investigación. Sin embargo, es interesante mantenerse firmes hasta el último capítulo pues el final de la  la primera temporada esboza un mensaje tan elocuente como ilustrativo; el problema no son las personas, es el sistema. ¿o no?




💃💃💃 Interesante 

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